INCERTIDUMBRE ¿Por qué me genera malestar?
- Victoria Albo
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura

La incertidumbre es la falta de certeza o conocimiento sobre lo que va a suceder. En otras palabras, es no saber qué va a pasar en el futuro, cómo saldrán las cosas o qué decisión es la correcta.
A veces, la incertidumbre, es leve, ya que el periodo de espera no es muy largo y/o carece de importancia. Pero, en otras ocasiones, es como un torbellino que no te deja dormir.
Lo cierto es que la incertidumbre forma parte de la vida; no se puede evitar.
Pero, ¿por qué a algunas personas les genera tanto malestar?
1. Hay un sentimiento de pérdida de control: a las personas nos gusta sentir que tenemos el
control de nuestra vida, que tenemos el timón. Que, aunque no sepamos todo, al
menos vamos marcando el rumbo. La incertidumbre nos quita esa sensación y nos
hace sentir vulnerables.
2. Aflora el miedo a lo desconocido: cuando no sabemos qué esperar, nuestra mente se
pone en modo catastrofista. Es decir, rellena los espacios en blanco con los peores escenarios.
posibles.
3. Se tiende a sobrepensar ("rumiación"): El cerebro intenta resolver problemas
constantemente: “¿y si pasa esto?”, ¿y si no sale como espero?". El cerebro quiere
encontrar una solución, pero frente a la incertidumbre, se queda dando vueltas sin llegar a ninguna conclusión.
4. Experiencias pasadas negativas: si ya se han vivido situaciones inciertas que terminaron mal, tu mente las recuerda y activa el modo alerta con más facilidad. Como un mal
recuerdo disfrazado de intuición.
Entonces... ¿qué podemos hacer?
No se trata de eliminar la incertidumbre, ya que cumple una función importante, sino de aprender a gestionarla. Algunas ideas para ello son:
● Mindfulness: ayuda a enfocarte en el presente y a aceptar lo que no puedes
controlar. Es una manera de parar y aprender que no todo debe resolverse al
instante.
● Limitar la sobreinformación: dejar de buscar sobre todas las respuestas posibles
que puedan darse, limitarnos a observar los hechos de los que sí disponemos y
centrarnos en el aquí y ahora.
● La aceptación: sentir que ese malestar no es una señal de que estás fallando o de que ese
futuro que te imaginas tenga que ser desastroso. Es natural, solo es tu alarma
interna diciéndote que esto te importa, y eso, en realidad, tiene mucho sentido.
¡Estas son una pequeña idea de las distintas herramientas que trabajamos en terapia para primero entender y después abrazar la incertidumbre!
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